En mi práctica he llegado al descubrimiento que existen dos llaves maestras que son imprescindibles, para obtener una sanación completa y disfrutar la vida. La primera llave maestra estriba en nuestra capacidad para aprender del dolor y de las situaciones que acarrea la vida y aprehender tus responsabilidades, o, escapar del dolor utilizando adicciones diversas.
La segunda es que no existe una curación verdadera, completa, sin una conexión espiritual, personal, intima, que conduce el proceso.
La sanación se activa a nivel mental, físico por mediación espiritual.
Todas las vías que utilizamos para evitar el dolor, son las que crean nuestro sufrimiento.
Realizamos todo un proceso para desconectar con nuestras sensaciones hasta perder el contacto con los mensajes vitales que nos envía nuestro cuerpo, nuestro sistema interno de corrección, nuestra alma.
Para ello utilizamos todo tipo de sustancias adictivas, actividades, acciones para evitar los silencios que nos hablan y preferimos escapar, crear resistencias, ser jueces, sin compasión, de nosotros mismos, culpar y juzgar a los demás.
Evitamos las sensaciones existenciales de nuestra vida; Pena, Soledad, Desamparo, Angustia.
Escapando, evitando, creamos sufrimiento. Cuando callamos, cuando no sabemos decir NO, creamos sufrimientos, cuando nos juzgamos creamos sufrimientos, cuando obstruimos, cercamos, a nuestro corazón para que no sienta el dolor que aparece en el transcurso de nuestras vidas, creamos sufrimiento.
El sol se pone y durante el ocaso aparece la luna, es un ciclo de luz y noche, que cambia, un día no es igual al día siguiente son nuestras actitudes que se niegan a aceptar el cambio, y así nuestros días se convierten en una “ilusión;”(que vemos como una verdad y realidad absoluta) no cambian, los días son iguales, orquestados por la rutina, los hábitos y el miedo a que algo pueda cambiarlo.
La desconexión con nosotros mismos, que por ende es la conexión espiritual, durante generaciones y generaciones ha engendrado un estado general, conceptual, de Miedo, y todo este legado lo transmitimos a nuestros hijos.
Si alguien te grita, te insulta, te maltrata, abusa, traiciona, culpa, si pierdes a un ser querido, sufres un abandono, te arruinas, te pierden el respeto, te chafan tu autoestima. Honestamente, ¿como reaccionas?, Gritando, insultando, maltratando, abusando, traicionando, culpando a los otros, a ti mismo, con drogas, alcohol, televisión, sexo, violentamente, con rabia, juzgando, auto castigándote. Sin por ello evitar sentirte roto, machacado, con el corazón partido en dos, con una sensación de profunda soledad.
Utilizando EFT para subsanar todos estos procesos, conceptos, reacciones, hábitos, respuestas, podemos borrar la programación negativa y así poder utilizar la primera llave maestra.
Si al mismo tiempo que reconoces esos sentimientos y generas dentro de ti amabilidad, compasión, ternura, amor.
Al dolor que esta ahí, al desbloquearlo, dejas de sufrir, aprendes a reconocer que información te ha traído y como reaccionar para cambiar y profundizar, conectar más contigo mismo, con tu propia fuente de amor. Estas cambiando todos esos miedos, esos comportamientos y actitudes, por amor.
La segunda es que no existe una curación verdadera, completa, sin una conexión espiritual, personal, intima, que conduce el proceso.
La sanación se activa a nivel mental, físico por mediación espiritual.
Todas las vías que utilizamos para evitar el dolor, son las que crean nuestro sufrimiento.
Realizamos todo un proceso para desconectar con nuestras sensaciones hasta perder el contacto con los mensajes vitales que nos envía nuestro cuerpo, nuestro sistema interno de corrección, nuestra alma.
Para ello utilizamos todo tipo de sustancias adictivas, actividades, acciones para evitar los silencios que nos hablan y preferimos escapar, crear resistencias, ser jueces, sin compasión, de nosotros mismos, culpar y juzgar a los demás.
Evitamos las sensaciones existenciales de nuestra vida; Pena, Soledad, Desamparo, Angustia.
Escapando, evitando, creamos sufrimiento. Cuando callamos, cuando no sabemos decir NO, creamos sufrimientos, cuando nos juzgamos creamos sufrimientos, cuando obstruimos, cercamos, a nuestro corazón para que no sienta el dolor que aparece en el transcurso de nuestras vidas, creamos sufrimiento.
El sol se pone y durante el ocaso aparece la luna, es un ciclo de luz y noche, que cambia, un día no es igual al día siguiente son nuestras actitudes que se niegan a aceptar el cambio, y así nuestros días se convierten en una “ilusión;”(que vemos como una verdad y realidad absoluta) no cambian, los días son iguales, orquestados por la rutina, los hábitos y el miedo a que algo pueda cambiarlo.
La desconexión con nosotros mismos, que por ende es la conexión espiritual, durante generaciones y generaciones ha engendrado un estado general, conceptual, de Miedo, y todo este legado lo transmitimos a nuestros hijos.
Si alguien te grita, te insulta, te maltrata, abusa, traiciona, culpa, si pierdes a un ser querido, sufres un abandono, te arruinas, te pierden el respeto, te chafan tu autoestima. Honestamente, ¿como reaccionas?, Gritando, insultando, maltratando, abusando, traicionando, culpando a los otros, a ti mismo, con drogas, alcohol, televisión, sexo, violentamente, con rabia, juzgando, auto castigándote. Sin por ello evitar sentirte roto, machacado, con el corazón partido en dos, con una sensación de profunda soledad.
Utilizando EFT para subsanar todos estos procesos, conceptos, reacciones, hábitos, respuestas, podemos borrar la programación negativa y así poder utilizar la primera llave maestra.
Si al mismo tiempo que reconoces esos sentimientos y generas dentro de ti amabilidad, compasión, ternura, amor.
Al dolor que esta ahí, al desbloquearlo, dejas de sufrir, aprendes a reconocer que información te ha traído y como reaccionar para cambiar y profundizar, conectar más contigo mismo, con tu propia fuente de amor. Estas cambiando todos esos miedos, esos comportamientos y actitudes, por amor.
GUILLERMO PEÑA ACUÑA